De autónoma a fundadora: cómo Valentina está redefiniendo el emprendimiento en España y Estonia
 
Esta es la historia de Valentina Acosta Cambas, una emprendedora afincada en España y con raíces argentinas, que está llevando no solo su negocio, sino también su visión del emprendimiento en España y Estonia, más allá de las fronteras.
Valentina trabaja como autónoma en España, gestionando clientes, plazos y una interminable burocracia. Pero, como muchos emprendedores con ambiciones globales, ha llegado a una reveladora conclusión: la independencia debería significar libertad, no frustración.
Hoy, mientras colabora con StepUp Ventures, una firma global de consultoría que ayuda a startups a construir sistemas y operaciones escalables, Valentina está redefiniendo lo que significa ser emprendedora en España y Estonia, demostrando que el éxito en la era digital se basa en la claridad, el propósito y la adaptabilidad.
Encontrar propósito en el emprendimiento en España y Estonia
La carrera de Valentina es cualquier cosa menos ordinaria. Traductora jurídica de profesión, pasó varios años como freelance antes de dar no uno, sino dos giros profesionales radicales en menos de una década. Su trayectoria la llevó desde la traducción en organismos internacionales hasta el sector inmobiliario. Luego al mundo de las startups tecnológicas, siempre guiada por una profunda curiosidad y una implacable necesidad de crecimiento.
“Siempre he tenido proyectos paralelos. Llevo un año gestionando las operaciones de nuestra empresa, coordinando proyectos internos y de clientes. Hace poco me certifiqué como Project Manager en el Project Management Institute.”
Esa mezcla de estructura y creatividad es lo que la define. Junto a su socio en California, Valentina ayuda a los fundadores de startups a convertir ideas en sistemas funcionales. A través de StepUp Ventures, apoya a emprendedores para transformar el caos en claridad, optimizar operaciones, agilizar decisiones y ejecutar más rápido.
Pero su motivación va más allá:
“Nuestro por qué es simple: queremos ver a los emprendedores encontrar problemas que valgan la pena resolver, y desarrollar soluciones extraordinarias que los clientes ni siquiera sabían que necesitaban. Queremos ser los asesores que no tuvimos cuando fuimos fundadores por primera vez.”
El lado emocional del emprendimiento: desafíos, motivación y crecimiento
Como todo emprendedor, Valentina sabe que el crecimiento no llega sin dudas.
“La motivación es un gran desafío. Hay días en los que sientes que nada va a funcionar, hagas lo que hagas. Pero tienes que seguir adelante, porque especialmente al principio, cada día cuenta. Si tienes un por qué fuerte, un vínculo emocional con tu proyecto, harás todo lo posible para que funcione y tenga éxito.”
Su filosofía es refrescantemente honesta: emprender no se trata solo del éxito o del esfuerzo constante; se trata de resiliencia, autoconfianza y constancia, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
“Lo que haces cuando nadie te ve es lo que más importa.”
Construyendo un negocio remoto sin fronteras: emprendimiento sin límites
Para Valentina, trabajar de forma remota no es solo una ventaja: es un estilo de vida. Su negocio opera entre continentes, con ella en España y su socio en California, con una diferencia horaria de nueve horas.
“Para mí, trabajar en remoto es algo natural. Aunque la diferencia de horario significa que a veces tenemos que trabajar un poco fuera de horario, sabemos que crear una empresa desde cero no tiene precio. De hecho, trabajamos mejor de forma asincrónica. Trabajar en remoto me permite visitar a mi familia en Argentina sin pedir vacaciones, y no tengo que preocuparme por la tributación en distintos países.”
Esa flexibilidad es exactamente lo que hizo que el programa de e-Residency de Estonia se convirtiera en parte de su estrategia a largo plazo. Su socio le presentó el concepto, y pronto comprendió lo bien que podía apoyar su siguiente paso:
“Estonia ofrece un sistema en el que todo se puede hacer desde cualquier lugar y de forma sencilla. Es perfecto para emprendedores como yo que trabajan sin fronteras.”
A través de su empresa en Estonia, Valentina planea crear una base europea para sus proyectos globales, reflejando sus valores de eficiencia, independencia y simplicidad.
De autónoma a emprendedora: simplificando la gestión con Companio
Cuando Valentina decidió optimizar sus propias operaciones, buscó un servicio que le ayudara a gestionar tanto su situación en España como su estructura en Estonia. Fue entonces cuando encontró a Companio, un aliado de confianza para el emprendimiento digital en España y Estonia.
“Descubrí Companio gracias a sus webinars en YouTube. Fueron muy útiles para entender cómo funciona la e-Residency y cómo gestionar los impuestos como autónoma o dueña de una empresa.”
Después de una mala experiencia con su anterior asesor fiscal, encontró alivio al dar con un equipo que pudo manejar su caso complejo con total profesionalidad:
“El proceso de incorporación con Companio fue impecable, y su equipo gestionó mi situación bastante complicada, por cierto, de forma muy profesional. El panel que han creado hace que todo el proceso sea sencillo: puedo subir gastos, emitir facturas y conectar mis cuentas bancarias, todo en un mismo lugar. Es intuitivo y eficiente, y elimina el eterno ir y venir de correos y archivos adjuntos.”
Cuando se le pregunta cómo calificaría la experiencia, se ríe: “¿Del 1 al 10? Sin duda, un 15.”
El futuro de StepUp Ventures y la próxima etapa del emprendimiento
Mirando hacia el futuro, Valentina se centra en expandir StepUp Ventures en Europa, mientras sigue colaborando con su socio en California.
“Los clientes acuden a nosotros porque buscan claridad y rapidez. Construimos un puente entre los procesos estructurados y la adaptabilidad, ayudando a las startups a crecer más rápido sin perder el foco.”
Pero, como bien saben los emprendedores, el futuro nunca es estático, y eso es precisamente lo que más le entusiasma:
“Trabajar con mi socio significa que siempre hay una nueva idea en marcha. A veces ni siquiera sé cuál será nuestra próxima aventura, pero siempre estoy lista para asegurarme de que cada idea loca que se le ocurra funcione a la perfección.”
Su historia no trata solo de pasar de España a Estonia, ni de autónoma a fundadora. Trata de desafiar la definición tradicional de emprendimiento, una que a menudo asocia el éxito con el papeleo, la ubicación o el agotamiento.
En cambio, Valentina demuestra que el futuro del emprendimiento en España y Estonia pertenece a quienes construyen con propósito y determinación.
Un mensaje para los emprendedores del mundo
Cuando se le pregunta qué consejo daría a otros emprendedores, Valentina no duda:
“Empieza por el por qué. Todo lo demás vendrá después. Cuando estás emocionalmente conectado con tu proyecto, cuando tienes una razón para levantarte y trabajar cada día, encontrarás la manera. Incluso en los días difíciles, incluso cuando sientes que rendirte sería más fácil, incluso cuando crees que ya lo has intentado todo, siempre hay una cosa más que puedes intentar. Porque cuando ya no tienes nada que perder, tienes todo por aprender. Y desde ahí, solo puedes ir hacia arriba. No se trata de tener todas las respuestas, sino de creer en ti misma y creer que las encontrarás.”
Su viaje, desde trabajar como autónoma en España hasta construir StepUp Ventures entre continentes, es un recordatorio de que el emprendimiento en España y Estonia no se trata solo de negocios, sino de crear significado, libertad e impacto duradero.
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